lunes, 30 de julio de 2012

El derecho a la educación y el caso de México

El artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que: Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada y el acceso a los estudios superiores será igual para todos.
Por otro lado, el artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Humanos, Económicos, Sociales y Culturales, del que México es parte, declara: La enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos por cuantos medios sean apropiados y en particular por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita.
Por último, en la propuesta Metas Educativas 2021: la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios, aprobada en 2008 por las autoridades del sector educativo de todos los países iberoamericanos, los involucrados se comprometieron, entre otras cosas, a: Lograr la igualdad educativa y superar toda forma de discriminación en la educación; ofrecer a todas las personas oportunidades de educación a lo largo de toda la vida; reforzar la investigación científica y tecnológica y la innovación en la región; invertir más e invertir mejor en el rubro.
Sin embargo, como cada año se evidencia, en México la realidad dista mucho de parecerse a lo que debiera ser. No es lo mismo dar la palabra, firmar acuerdos y formular promesas, que cumplir y hacer. El subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán, reconoció recientemente que esta administración no ha logrado avanzar casi nada en cuanto al crecimiento de la oferta educativa y los espacios disponibles para acceder a la educación superior. A su entender, el fenómeno de los excluidos no se debe a la falta de capacidad del sistema educativo, sino a una serie de factores (por ejemplo, el que cada año se suman miles de jóvenes, excluidos en el pasado, a la demanda de ingreso a las universidades públicas) que no por ser ciertos explican a cabalidad esta lamentable situación. También declaró que este año México cerrará presentando una cobertura en el rubro de 35%, muy por debajo de la media latinoamericana (en Argentina es de 70%). Tuirán admite que la política pública tiene la responsabilidad de multiplicar las opciones educativas, pero convenientemente omite referir que en México existen sólo seis universidades públicas federales: la UNAM, el IPN, la UPN, El Colegio de México, la UAM (la última creada en el lejano 1973) y la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, de Coahuila. Es indignante, preocupante e inaceptable que cada año cientos de miles de jóvenes sean excluidos de la posibilidad de continuar su formación en alguna institución de educación superior. Y este problema no es por culpa o falta de compromiso de las universidades públicas del país, no se debe a una cerrazón de las universidades para con la totalidad de la juventud mexicana que quiere ingresar a ellas; en eso el subsecretario tiene razón: ninguna institución en el mundo está diseñada para captar a todos los que desean ingresar ahí.
La culpa es de nuestros gobernantes que no han invertido en el sector, que no han fundado nuevas universidades de calidad para cubrir la demanda nacional (y no por falta de recursos, sino por falta de visión y de un compromiso real con el futuro y el desarrollo de nuestro país), la culpa es por la falta de una política de Estado que considere a la educación y al desarrollo de la ciencia y la tecnología nacionales como una cuestión estratégica y como un pendiente al que urgentemente habrá que dar solución.
http://conexiontotal.mx/2012/07/28/opiniones/

domingo, 8 de abril de 2012

Steven Tyler: Los gobiernos miran para otro lado

 

 

Steven Tyler (cantante) y Joe Perry (guitarrista) conforman la talentosa dupla compositiva del quinteto y mantienen una sólida (y al parecer, eterna) amistad que ha superado todos los contratiempos.
Las fauces atemorizantes de Tyler podrían engullir una pelota de rugby de un solo bocado, pero también sirven para largar la carcajada más amplia y más sincera. Amable, divertido, mezclando el argot de Boston con algunas palabras sueltas en italiano (no en vano su apellido real es Tallarico), el estadounidense charló con los amigos del diario Clarín sobre el trabajo de sus gobernantes, algo poco usual en él.
No todos saben que participaste en campañas por la libertad de expresión y otras buenas causas, ¿seguís en eso?
Sí, y ahora tuve la oportunidad de conocer a Al Gore y a su esposa, Tipper, luego de su película Una verdad incómoda. Le conté lo que pensaba y le di mi teléfono, pensando que tal vez me llamaría. Lo hizo, me invitó a cenar a su casa y pasamos una muy buena noche hablando del planeta... Sabés, los gobiernos miran para otro lado. Alguien, algún día, se preguntará por qué las ballenas encallan en las costas y mueren: se vuelven locas con los sonares, quieren salir del agua, no pueden soportar el ruido allá abajo. Y eso los gobiernos no lo dicen. Ni hablan de las toneladas de radiación en medio del océano; para ellos es información clasificada... Le pregunté a Al Gore si estaría de acuerdo en que yo proyectara parte de su película en nuestros shows, justo antes de tocar Livin'' On The Edge. Dijo que sí: "Háganlo; todo ayuda".
¿Van a hacerlo también en Buenos Aires?
Oh, sí.
Aerosmith encabeza aquí una noche de festival en la que también tocan Evanescence y Velvet Revolver. ¿Qué opinás de tus compañeros de show?
Los Velvet Revolver me encantan, creo que son grandes estrellas; con Slash somos muy amigos. Y con Evanescence compartimos algo (se ríe): una noche, al salir de los Grammys, los Aerosmith nos subimos a la limusina y fuimos derecho a la hamburguesería In-N-Out, en Los Angeles. Entramos por la puerta de atrás, ¡y ahí estaban los Evanescence! "¿Qué están haciendo ustedes acá?"; No, ¿qué están haciendo ustedes acá?. Ellos mueren por esas hamburguesas, y mis hijos y yo también. Nadie, ni en un millón de años, esperaría que todos los integrantes de Aerosmith y Evanescence entraran caminando en In-N-Out y pidieran cheeseburgers... (se ríe). ¿Sigue esa chica, en Evanescence?
¿Amy Lee? Sí...
Ah, bueno, qué bien, ¡muy bien!... ¿Esa noche también tocan Los... Ratons Paranisos...?
Los Ratones Paranoicos: The Paranoid Mice. Desde hace veinte años rockean al estilo de los Stones.
Paranoid Mice? (carcajada) ¡¡Oh, genial, veinte años!! Quiero escuchar a esa banda...
Estás preparando un nuevo álbum de estudio. ¿Cuándo sale? ¿Es cierto que incluiría algunos temas que quedaron afuera de otros discos?
Todo eso es verdad; lo único que no sabemos es cuándo va a salir, supongo que antes de Navidad. Y sí, a veces reescribimos canciones que nos interesan mucho y que tuvimos que dejar afuera de otras ediciones. Trabajar ese material es un pequeño secreto que aprendimos con los años: a algunos de nuestros temas les damos otra oportunidad. Y el resto son canciones nuevas: compusimos algunas el año pasado y haremos otras en nuestro mes libre (mayo), entre la gira sudamericana y la gira europea. Ya hay suficiente material, pero queremos ver hacia dónde sopla el viento, ver qué sale.
¿Y el título?
No, no puedo dártelo todavía, es muy pronto. ¡Hay que vivir un día a la vez, bambina! (se ríe). Hoy, por ejemplo, estoy mirando mi moto y decidiendo un diseño de Harley Davidson que va a llevar mi nombre; también trabajo en un modelo de armónicas Hohner y en una línea de jeans. Mañana es el cumpleaños de una de mis hijas. Pasado, me empiezo a preparar para salir de gira... Cada día es muy agitado y está lleno de cosas: es difícil parar.
Ustedes graban desde 1973: ¿qué aportes hizo la tecnología a Aerosmith? ¿Prefieren la era digital a las máquinas analógicas, o mezclan ambas?
Mezclamos las dos. Una vez encontramos un par de temas viejos grabados en cinta, y analizamos las diferencias: lo analógico es un poquito más cálido, el sonido del bombo era más gordo y el bajo sonaba más sólido. Pero ya sabés: hoy, con el Pro Tools y lo digital, también se puede conseguir eso mismo. A veces nos encaprichamos y queremos usar cinta, pero con la nueva tecnología... ¡Te llevás la computadora bajo el brazo! Hace un mes estuve en Maui, Hawai; me pasé dos semanas surfeando, mirando casas en venta y componiendo temas. Simplemente abrís la computadora, grabás... ¡y queda bien! .
¿Vas a comprar una casa en Hawai?
Bueno, es mi gran sueño. Tengo un amor muy especial por Hawai... En 1975, durante la prueba de sonido en un estadio de Honolulu, Joe Perry empezó a inventar un riff (lo canta), me senté a escribir la letra y así salió Walk this way... Buenos recuerdos. Además, me gusta la papaya. Pa-pa-ia.
Circula una biografía tuya cuya primera frase dice: "Por más de treinta años, Aerosmith ha definido el rock & roll de Norteamérica". ¿Estás de acuerdo?
Me gusta eso (se ríe). Mirá: cuando hablo con Jimmy Page y con Robert Plant (ex Led Zeppelin) o con Keith Richards (Rolling Stones) y les cuento cómo me fascinaba su música en los años 60, ellos me contestan: "Pero esa música es tuya, es el blues, es el rock & roll norteamericano original; nosotros simplemente le dimos una vuelta...". Y, sabés, tienen razón. El rock & roll norteamericano es una locura: es Elvis Presley, pero también se remonta al bluegrass, que no tiene batería... pero si al bluegrass le ponés batería se convierte en una música funky demencial. Y eso está sucediendo hoy: los músicos toman un poquito de esto y un poquito de aquéllo. Una de las razones de por qué Aerosmith persiste y sigue tocando después de tanto tiempo, es la diversidad... Y creo que por eso la gente nos ama tanto. Fijate: de Jaded a Love in an Elevator... hay un montón enorme de música entre esas dos canciones. ¿Hemos definido el rock & roll norteamericano?... Bueno, no me cae mal la idea... (risas).
Cumpliste 59. ¿Cómo vas llevando la vida?
Cuando ves a la banda en vivo no pensás que tengo 59... (se ríe).
No, la verdad que no.
Mirá: tengo una hija hermosa, Liv (la actriz de El Señor de los Anillos), que es muy feliz y me ha hecho abuelo. Tengo otras dos hijas, Mia y Chelsea, y un hijo llamado Taj, como el Taj Mahal. Soy muy afortunado: tengo a Joe Perry sobre el escenario y mi mujer es preciosa. Duermo en los mejores hoteles, me mantengo saludable. ¿Qué más puedo pedir?

http://www.generaccion.com/noticia/148576/steven-tyler-gobiernos-miran-otro-lado